¡Y ahora llegó el coronabicho!
El mundo entero está viviendo una situación que es muy difícil de entender para los
niños y niñas del mundo. Un virus nos ha obligado a refugiarnos a todas las personas
del planeta en un lugar seguro.
¡Menudo rollo vivir con una mascarilla y no poder
salir!
Esta pandemia nos ha enseñado que todas las personas pertenecemos a una misma etnia, la humana, y que en un abrir y cerrar de ojos, vivas en el país que vivas, seas rico o pobre, o tengas la piel de cualquier color, te puedes encontrar en una situación de desventaja y sufrir discriminación.
En los momentos difíciles, la empatía y la solidaridad deben brillar con más fuerza
en los espacios de convivencia, respetando la diversidad y entendiendo que la mejor
vacuna que tenemos es la unión de todas las personas que nos movemos por el planeta.
Porque cada uno de nosotros y nosotras es el mejor refugio para los demás.